El método Manrique

No se puede ser más perdedor que el agente Manrique: malvive con su raquítico sueldo en una triste pensión, lisiado en acto de servicio, denostado por las fuerzas vivas de Buga, con un único amigo, el locutor Soto -su Dr. Watson perticular-, otro glotón casi tan paria como él, que sigue confiando en que la extravagante lógica del policía le consiga el scoop de su vida. Acosado por su jefe, que lo manda a vigilar parques infantiles, Manrique aún conserva vivo el sueño de dar con el caso que lo convierta en un detective reconocido, como los de las películas de serie B a las que es tan aficionado, cuando la confidencia de una anciana durante el velatorio de Evaristo Cabal Cabal, el viejo cacique político muerto en accidente doméstico, hará que se empeñe en la resolución del caso utilizando su personalísimo método, consistente en ir destilando las verdades ocultas en los cotilleos del pueblo.

Utilizando los mecanismos del genero negro, El método Manrique en sus ciento cincuenta páginas nos regala una desternillante comedia con un abanico de personajes inolvidables, que entre golpe y golpe, nos lleva a reflexionar sobre una gran variedad de temas sociales y humanos, como la violencia política, la estética de la integridad moral, la esencia de la venganza, el corrosivo efecto de la renuncia o la inteligencia colectiva.